06 diciembre 2012

La calidad en España, ¿realidad o ficción?

Hoy en día la calidad comienza a ser una marca diferenciadora dentro de las empresas, pero… ¿hasta dónde las organizaciones están dispuestas a implicarse en aplicar nuevas metodologías de calidad?, se ha demostrado que en España existe una clara declinación por las auditorias en ISO, ese examen anual que pasan todas las empresas.

Por esto, se ve que los españoles, tienen la necesidad, o más bien la obligación, de pasar ese examen que certificará que ha aprobado los “exámenes de junio” y podrá pasar unas buenas vacaciones, pero, ¿y qué pasa con el resto del año?, nos olvidamos de la calidad, o simplemente hacemos lo básico para mantener esos mínimos requeridos…además contamos con el añadido del cliente como foco de mejora, la relación calidad-cliente-organización debe ser una, en España la falta de exigencia de calidad por el cliente puede que también ayude a esta calidad básica repleta de procedimientos y certificaciones.

En otros lugares, sea el caso de Japón, Estados Unidos, Sudamérica o más cerca Francia, últimamente se habla mucho de la calidad francesa, se denota una apuesta fuerte por metodologías en desuso aquí,  donde el cliente toma un papel relevante en la actuación de la empresa pero que también se desarrolla una mejora notable en los procesos internos; Será esa genética peninsular la que no deja desarrollar estas metodologías y que se preocupa más del día a día ayudándose de apaños ad hoc para solucionar esos problemas, cuando en realidad existe una buena cartera de herramientas dispuestas a ser usadas y a ayudar mediante una serie de pasos para llegar a la causa raíz del problema, dando unas soluciones más fiables y sólidas para los problemas que van surgiendo, obviamente hay que saber cual utilizar en cada situación, por ello la necesidad de expertos conocedores de estas.

Poco a poco, y esto es una realidad, pequeñas empresas y no tan pequeñas de los sectores más diversos van dando luz verde a estas iniciativas, esto es un rayo de esperanza y de poder demostrar que haciendo bien las cosas se llegan a grandes resultados para todas aquellas que empiezan con estos métodos o que simplemente no creen en ellos.

En todo esto la alta dirección juega un papel clave, pues este tipo de iniciativas hacia una excelencia de la calidad debe concienciar a los empleados del uso de estas herramientas como clave del éxito y la mejora continua, no de esos temidos exámenes por los que pasar una vez al año. Así que reflexionemos, veamos donde nos encontramos y hacia dónde queremos dirigirnos.

 

Autor: Rodrigo González González

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